Rol historiadora semana del 23 al 29 de Noviembre:

Había llegado el momento, ya no había marcha atrás, el tiempo nunca se detiene, camina sin descanso siempre hacia adelante, ni siquiera un respiro ni siquiera un segundo para coger impulso, rítmicamente los segundos nos dan paso a los minutos, los minutos a las horas, las horas a los días, los días a los meses, los meses a los años, tic – tac, el tiempo corre siempre hacia adelante y ya había llegado era la semana del 23 de noviembre, la semana de la primera revisión de trabajos de TIC.

Quizás no teníamos porque preocuparnos realmente el trabajo estaba hecho, la dinámica del grupo funcionaba con la perfección de un reloj suizo (la exageración en los relatos es algo bastante común), entonces ¿porque ese estado de nerviosismo y cierta excitación?, no lo sé, pero ahí estaba como un miembro más de nuestro grupo, siguiéndonos a todas partes, sentándose a nuestro lado en las clases e incluso cuándo nos relajábamos tomando un café y un triángulo de chocolate. El lunes lo teníamos claro –mañana a las 9:30, dónde siempre (puerta de la facultad de educación), cogeremos una de esas salas en el edificio Luis Vives, estaremos más concentradas- Todas estuvimos de acuerdo, todas incluido nuestra nueva compañera la preocupación.

Martes 24 de Noviembre un día antes de la revisión de TIC, una sala en el edificio Luis Vives, 8 mujeres, 3 portátiles, y nuestro amigo (la preocupación).

La verdad es que fue una jornada de trabajo intensa, pero la mayor parte del tiempo lo dedicamos a la asignatura de sociología, ya que nuestra asociación de mujeres iba (o eso creímos tras esta reunión de grupo) viento en popa a toda vela

Tras acordar algunas cosillas para la puesta en común de nuestro trabajo con nuestra profesora Linda Castañeda partimos hacia nuestros hogares con la sensación del deber cumplido. Llegó el gran día, era miércoles y de nuevo el horrible sentir de las agujas del reloj corriendo sin parar, mientras esperábamos nuestra hora de revisión las conversaciones se sucedieron y nada tenían que ver con nuestro trabajo, puede parecer que era falta de interés pero me di cuenta que denotaba por fin tranquilidad porque nuestro trabajo estaba hecho y complicidad mucha complicidad entre nosotras.

El final de la historia, las protagonistas ya saben cuál es, mi valoración sobre la revisión evidentemente acorde con mi personalidad, con inclinación al pesimismo. Mi semana como historiadora ha sido breve (debido a las fenomenales fiestas de la facultad de educación) y ya se sabe que lo bueno si breve dos veces bueno.

Un saludo a todas mis compañeras y nos vemos con una sonrisa y un triángulo de chocolate. Gracias por trabajar con ilusión y entusiasmo día a día.